Se pone en un tejado o cubierta paneles solares que transforman la energía del sol en electricidad en corriente continua. Esta electricidad se lleva mediante cableado a un aparato llamado inversor que la transforma en corriente alterna, como la que utilizamos en casa.
El inversor se conecta a nuestro cuadro general aguas abajo del contador. Cuando gastamos electricidad primero la toma del inversor y solo si falta la toma de la red eléctrica. Si nos sobra electricidad se vierte a la red eléctrica.
Si tenemos baterías, antes de tomar electricidad de la red se toma de las baterías, y antes de verter a la red se cargan las baterías.
En una instalación aislada sin red eléctrica el funcionamiento es el mismo, pero sin tomar ni verter electricidad a la red. En este caso podemos poner un grupo electrógeno como respaldo.
La potencia pico, que se mide en kilovatios pico (kwp), es la máxima que pueden dar los paneles solares con la máxima radiación solar.
La potencia de la instalación, que se mide en kilovatios a secas (kw), es la potencia del inversor, la máxima que te puede llegar a dar la instalación.
De los paneles al inversor hay pérdidas por lo que lo más habitual es que la potencia pico se ponga algo por encima de la del inversor. Esto no tiene prácticamente ninguna repercusión en el total de energía producida a lo largo del año.
No tienes que tomar ninguna precaución especial. El sistema de anclaje de las placas hace un sellado automático al taladrar y no produce goteras.
Únicamente si la cubierta presenta alguna peculiaridad especial nos lo dices y buscamos la mejor solución. Hay incluso sistemas lastrados que no perforan la cubierta para nada. Pero si hay algún requerimiento especial, lo miramos y vemos la mejor solución.
Casi nada. Lo recomendable es una revisión eléctrica y una limpieza de placas anual. Pero en la mayoría de casos la lluvia tiene un efecto autolimpiante y la revisión puedes incluirla en el mantenimiento que hagas de la instalación eléctrica de casa, por lo que no tendrás que preocuparte demasiado.
Hoy por hoy las de litio. Antiguamente las de plomo ácido y las de gel salían mucho más económicas, pero con los precios actuales ya no, y técnicamente son mucho mejores, más compactas, más estéticas y tienen una vida útil mucho mayor.
Hay que poner un inversor híbrido o bien un inversor cargador aguas abajo del inversor.
Y lo más importante, que las baterías sean compatibles con el inversor. En caso contrario no se “entenderán” entre sí y las baterías no funcionarán.
Son muchas. Primero, tienes más autonomía ya que la red eléctrica solo funciona como respaldo cuando te quedas sin carga en las baterías, como último recurso.
También tienes mayor ahorro económico ya que le compras a la compañía eléctrica lo mínimo posible. Si no tienes baterías puedes acogerte al régimen de compensación de excedentes, pero en este caso el precio al que te compensan es inferior al que te cobran.
También puedes ahorrar en el término de potencia porque si tienes baterías la potencia de la instalación la tienes disponible siempre que haya carga en las baterías, y sin baterías solo la tienes cuando hay sol.
Además, en caso de apagón tú sigues teniendo luz.
Por último, los inversores híbridos modernos tienen una serie de funciones adicionales como la de evitar saltos del IPC o la programación horaria para que uses la energía de las baterías cuando más te interesa.
Si. Habrá que cambiar el inversor por un híbrido, o instalar un inversor cargador independiente. Lo más importante es que las baterías tienen que ser compatibles con el inversor, o en caso contrario no funcionarán.
Técnicamente no son baterías. Es el nombre comercial que están dando algunas compañías para un sistema de tarifas que te permite compensar los excedentes más allá de un mes, incluir el término de potencia, e incluso compensar entre varias viviendas. Cada vez lo están ofreciendo más compañías.
Con este sistema la factura se te puede quedar a cero. Aunque debes tener cuidado, ya que normalmente los precios de venta y compensación son muy dispares. Para que te salga bien lo mejor es poner baterías físicas y así comprar lo mínimo posible.
Pero técnicamente no es nada. No son baterías ni nada. Es solo un nombre comercial.
Técnicamente no, porque cada instalación va a un contador.
Para aprovechar los excedentes de una instalación en otra vivienda que tengas lo único que tienes a fecha de hoy son las llamadas “baterías virtuales”, un sistema de tarifas que cada vez están ofreciendo más compañía y que te permite compensar excedentes entre varias viviendas siempre que la luz esté a nombre del mismo titular.